
Una forma de emplear nuestro tiempo cuando tenemos agotados los recursos de entretenimientos en tiempos de pasividad, es ocuparnos de nuetras plantas que siempre nos dan la alegría del color y el perfume.
Por esa razón podemos emplear algunos trucos que nos permitiran hacer bouquets duraderos y hermosos.
Comencemos por asegurarnos de cortar flores y follajes frecos, eligiéndolas cuidadosamente y combinando los colores, que también hagan juego con las cortinas o mobiliario del ambiente.
Recordemos que si las flores van a ir a adornar una mesa para una comida, estas deberán tener un mínimo de perfume.
Cuando nos disponemos a armar un adorno comenzaremos por cortar en diagonal las terminales de los tallos con un cuchillo filoso, quitando alguna hoja que se encuentre en mal estado, y las que se encuentren cerca del tallo, dejando solamente unas pocas que estén cerca de las flores. Se deberán sumergir las flores y tambien el follaje en agua fresca. Las rosas, que habitualmente no absorbnen fácilmente el agua, deberán sumergirse primero en agua caliente unos segundos y luego en agua fría, a la que se le agregará una cucharada de bicarbonato, una de jugo de limón y un poquitín de azúcar para mejorar la flor.
Este tratamiento tambien se puede utilizar con la dalias y los jazmines a fín de que estas plantas que son más delicadas, puedan mantenerse lozanas por más tiempo.
Cuando tengamos ya preparado el ramo, y vayamos a ubicarlo, buscaremos un lugar en la casa donde no queden cerca de una ventana, o reciban sol directo, que es generalmente donde se concentra el calor y la luz que lo puedan dañar.
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