domingo, 31 de mayo de 2009

Vidas al servicio de la humanidad


Hoy voy a contarles la historia por demás interesante de la vida del famoso profesor suizo Carl Gustav Jung.Hablando de su personalidad, el escritor y explorador sudafricano Laurens van der Post decía:”He conocido a muchos de los que el mundo considera grandes, pero Carl Gustav Jung es el único de cuya grandeza estoy seguro.”Poseía una grandiosa riqueza de intelecto reconocido en todas partes del mundo, y en todas las lenguas. Aún hay asociaciones e institutos que se honran con su nombre.Carl era hijo de un pastor protestante nacido en Kesswil, a orillas del lago Constanza, y creció en la aldea rural de Klein-Hüningen (Alemania).El contaba que cuando ingresó en una escuela secundaria de las cercanías de Basilea, se dio cuenta de que era hijo de un pastor pobre, protestante y de que él tenía agujeros en sus zapatos.Esto se debe a que sus condiscípulos eran mas “pulidos” que el, y vivían en mansiones imponentes. Entonces, la escuela le desagradó. Tenía dificultad con la matemática, así como con la educación física, y le hubiera gustado más quedarse en casa.Con el paso del tiempo, esta situación llegó a originarle serios problemas.Ocurrió que una vez jugando, un condiscípulo lo derribó de un puñetazo y se golpeó la cabeza en el pavimento, quedando aturdido. Aparentemente parecía que se hubiese recuperado, pero ocurre que cada vez que tenía que concurrir a la escuela, sufría desmayos.Y los médicos, ante esta situación, no pudiendo hacer nada consideraron a Carl incurable. Y esta fue para él una razón valedera para dejar por un tiempo de concurrir a la escuela.Sin embargo transcurridos unos pocos meses, un día sintió a su padre muy afligido, confiarle a un amigo:”Tenía muy poco dinero y lo he perdido. ¿Que será ahora de mi hijo?”.Comprendiendo el gran problema que su enfermedad originaba resolvió actuar por sus propios medios, comprometiéndose a sí mismos reanudar sus estudios. Así lo hizo, y con una inquebrantable voluntad, en pocos días regresó a su escuela, y jamás volvió a sufrir otro ataque.Se dio cuenta cabal que había logrado superar una prueba que le había presentado la vida, y lo cerca que había estado de ceder a la rendición ante la misma. Fue entonces cuando se propuso firmemente convencido, a dedicar su vida a estudiar la conducta humana practicando la medicina. Y fue su meta principal la psiquiatría.Se dio clara cuenta que con en esa idea habían surgido los dos máximos intereses de su vida: la ciencia y dentro de ella la psiquiatría.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Aprendiendo

Hoy transcribo unas pocas palabras dichas en un discurso por Václav Havel. Las transcribo para compartirlas con los lectores porque considero que tienen un valor inmenso.
Dice así:
“No soy optimista, porque no estoy seguro de que todo saldrá bien. Tampoco soy pesimista porque no estoy seguro de que todo va a salir mal.
Simplemente conservo la esperanza en mi corazón. La esperanza es la sensación de que la vida y el trabajo tienen una razón de ser. Y esa esperanza la tenemos o no la tenemos, cualquiera que sea el estado del mundo que nos rodee.
Una vida sin esperanza es una vida vacía, tediosa e inútil. No consigo imaginarme luchando por algo sin que aliente en mí la esperanza.
Agradezco a Dios este don.
Es un don tan precioso como la vida misma.”

¿No les parece que estas palabras valen mucho?

domingo, 17 de mayo de 2009

Alimentos y salud.


Hace unos días (recabando informaciones para compartir, como es mi costumbre) encontré un muy interesante artículo que señala algunos de los alimentos de consumo cotidiano, que nos pueden proporcionar ayuda para combatir enfermedades y prolongar la vida.
Se ha descubierto, de acuerdo a dicho artículo que comer un puñadito de nueces cinco o más veces a la semana, ayuda a evitar la mitad del riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Las nueces tostadas o crudas son una poderosa fuente de grasas benéficas, así como de vitaminas E.
También son portadoras de magnesio que ayuda a combatir la arritmia cardiaca. Algunos investigadores han averiguado y lo siguen haciendo, cuales son los poderes de los alimentos de consumo tradicional de diferentes culturas que tienen baja incidencia en el cáncer o en las enfermedades cardíacas.
Por ejemplo, señalamos la cocina mediterránea En estos países, sus habitantes suelen gozar de una salud y una vitalidad impresionante, y en su mayoría se debe a que el uso en abundancia de frutas y verduras frescas, junto con granos enteros en su cocina concuerda con el concepto de lo que significa una dieta saludable.
Sintetizando un poco lo que ese artículo señala nos dice que por otra parte los franceses disfrutan de una protección contra las enfermedades cardíacas, y esto se debe en parte a que beben en las comidas un promedio diario de dos o tres copas de vino.
Según el Doctor Arthur Klatsky, cardiólogo, en las personas que consumen cantidades pequeñas o moderadas de vino, (no más de dos copas al día), la incidencia de las enfermedades coronarias será menor.
Esto ha sido a grandes rasgos parte de lo que informa el importante artículo que leí y que quiero transmitir a mis amigos lectores, con la recomendación (esta vez idea mía) de que no deberán “pasarse” de las dos, o a lo sumo tres copas de vino, para mantener el corazón sano y la mente clara.