sábado, 24 de septiembre de 2011

Como cuidar nuestras plantas.



Es importante dedicarles algo de tiempo a nuestras plantas, que además de hacerles mucho bien a ellas, nos sirve a nosotros de entretenimiento y es bueno.

Para que luzcan brillantes se pueden limpiar con una tela de algodón mojada en agua tibia a temperatura ambiente, para ir quitándoles el polvo que frecuentemente acumulan sobre las hojas.

Debe tratarse de no dañarlas mientras se limpian, y una forma es apoyar las hojas sobre la palma de la mano, mientras se va pasando el paño húmedo.

Por otra parte si la planta es muy frondosa y con hojas pequeñas, resulta cómodo invertir colocando previamente un plástico debajo para que no caiga la tierra, sumergiendo el ramaje en un balde con agua a temperatura normal.

Si las hojas son grandes y las recubre una especie de pelusa, lo mejor será limpiarlas suavemente con un plumero, porque si se limpiaran de la otra forma, el agua quedaría atrapada en la pelusa y hecharía a perder las hojas.

Se deberá evitar en todos los casos el uso de detergentes o aceites que dan brillo porque estos dañan las hojas. Se deberá entonces, hacer un cúmulo de paciencia y esperar, ya que las plantas bien cuidadas recuperan con el tiempo, y solas su brillo original.

Se pueden también pulverizar con agua por medio de un rociador, lo que las ayudará a que recuperen la humedad que quita el clima cuando está demasiado seco a causa de la calefacción o el aire acondicionado, lo que se repetirá siempre en los meses de invierno con las plantas de interior.

Con este mensaje, queridas amigas que me siguen, he querido dejarles una nueva formula de entretenimiento y también de sentirnos útiles en esta linda etapa de la vida que estamos viviendo: 3a edad.

Pronto vuelvo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Modos y artes para aprender a ser tolerantes





Tener paciencia y acostumbrarse a esperar cuando esto es necesario no es una virtud ni facultad con la que podemos contar en los tiempos agitados y complicados en que vivimos.



Pero podemos eso sí, considerarnos personas civilizadas si mantenemos y practicamos habitualmente nuestro autocontrol, tan importante y necesario, y que a su vez nos ayudará mejorar nuestra calidad de vida.



Hay reglas que seguramente podemos cumplir, aunque a veces nos cueste un poco.



Ser flexibles y respetar normas establecidas, que tambien en ciertos casos las consideramos injustas, es entonces, fundamental.



Por lo tanto, alejemos los prejuicios y tratemos de entender de alguna forma a los demás si los demás no nos entienden a nosotros. Y si nos entienden, tanto mejor.



Ser comprensivos con los compañeros de trabajo, con la familia, etc., no significa que no expresemos lo que pensamos cuando algo no nos cae bien . Pero en general, hablar con tranquilidad, sin gritos y sin palabras hirientes, nos ayudará a comprendernos y seguirnos amando. Después, cuando lo razonemos friamente, nos daremos cuenta que fue lo mejor que pudimos hacer.



Otra forma de tranquilizarnos cuando notamos que nuestra paciencia llega a un límite, puede ser ponernos a practicar una actividad que nunca antes pusimos en práctica. Siendo algo nuevo para nosotros, nos hará pensar y salir del centro en que estabamos metidos.



Puede ser un ejercicio físico como caminar, andar en bici, salir simplemente a respirar aire puro, en fin, mil cosas que nos sirven de terapia.



Cuando una situación nos desagrada, tratemos de indagar en nuestro interior que o cuantas razones tenemos para sentirnos mal. Talvez mientras pensamos nuestro malhumor se aleje poco a poco hasta perderse en la nada, que será lo mejor que nos pueda ocurrir.

Seguramente, y en la mayoría de los casos, unos minutos de reflexión nos ayudan a ver más claras las situaciones que no nos gustan mucho, y cambiarlas por otras mejores.