domingo, 28 de febrero de 2010

Vivir mejor


Cuando pensamos en amigos que tenemos con nuestra misma edad, y los vemos felices y animados, nos damos cuenta que ellos son los que constantes, y seguros, viven ampliando sus habilidades, intereses y conocimientos.

Lo que ninguno, o casi ninguno de nosotros en la edad del adulto mayor pensamos, es que debemos ser nosotros, y solamente nosotros los que tenemos que iniciar el proceso.
Es como si podáramos un árbol de excesivo ramaje. El resultado que se obtiene con ello es un nuevo crecimiento, y se logran nuevos frutos. (Cualquiera sea el valor de estos, alto o bajo), pero tienen su valor.

Esto, sin ninguna duda, nos da un impulso renovador en la corriente de la vida.
Con frecuencia se dan situaciones en las que una mujer con mas de 60 años piensa, además de pensar, está convencida de que cualquier cambio en su vida, es imposible.

Seguramente esta falta de fe en si misma, le creará dificultades.
Se llega por esta causa a vivir en un aislamiento casi total, o total. Vivir bien, es parte nuestra en la mayoría de los casos y a nosotros principalmente nos concierne el poder lograrlo

Es bueno relacionarse con gente de diferentes gustos y estilos, no importa la edad, siempre que veamos que nos aceptan con gusto.
Es una forma de tener acceso a otra gente, pero que nos da lugar a probar vivir una vida diferente, que seguramente nos va a brindar la posibilidad de disfrutar cosas que capaz ni se nos ha ocurrido que podíamos hacerlo. Simplemente porque no habíamos tenido esa oportunidad.

Es en las relaciones humanas donde el esfuerzo y la adaptación pueden rendir muy buenos beneficios.
La felicidad es un don muy buscado y totalmente individual. Por eso consideramos que también es individual la senda que conduce hacia ella.
Convenzámonos que tenemos aun muchas cosas para hacer.
Llamar a alguien querido, solamente porque nos hace feliz oír su voz, y decirle “te quiero mucho”, acordarnos de llamar a los amigos que están lejos y hace tiempo que no nos comunicamos, llamar a nuestros nietos que siempre tienen algo para hacer, aunque sea dormir, pero decirles:” te extraño, me gusta oírte” en fin, hay montones de cosas que no tengamos dudas, a los demás los va a alegrar.
Lo que no debemos hacer es llamar solamente para decir “estoy sola, estoy triste,” etc...
¿Para que?... Nuestras nostalgias, nuestras tristezas, nuestros días en que nos sentimos solas, son solamente nuestros. Y comunicarlo no hace feliz a nadie. No nos ayuda a vivir. Hay que entenderlo que es así.
Si hacen felices a los demás, que nos vean dinámicos, interesados en saber como están, y hacerles saber que los queremos.
Porque seguramente, cuando nos acosan los problemas (que por otra parte a veces no son tan importantes), no nos detenemos a pensar que los otros también tienen los suyos.
Por lo tanto, una sugerencia muy importante: No dejemos pasar nunca un día sin enviar una muestra de afecto a alguien que queremos. Una llamada, una notita, un email, un simple “estaba pensando en ti”. Y eso con el transcursote los días nos ayudará a que nunca nos sintamos solos.

¡A practicarlo, y con muchas ganas, entonces ¡ ¡ ¡ .

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