Historia de los cubiertos

Hace muchos, muchísimos años que los humanos utilizamos los cubiertos. Más de doscientos años
Así es que estos, tanto los cuchillos como las cucharas tienen su origen en la prehistoria

Pero aún cuando los aristócratas bizantinos ya los estaban utilizando, en la Europa occidental tanto ricos como pobres comían con las manos.

En la edad media existía una verdadera obsesión en proteger al comensal por temor a que este fuera envenenado, cosa que era muy frecuente en estos tiempos.
Se cubría en la mesa la posición de cada comensal con un paño blanco que era una señal de que nadie antes que el había tocado los alimentos que consumiría.
Y esta actitud se extendió con el tiempo a los cubiertos que se empleaban para comer.
Luego, cuando los cubiertos comenzaron a usarse en las casas francesas, el usarlos era una señal de prestigio
Se decoraban con el monograma de la familia a la cual pertenecían, de modo que pudieran ser observados, permaneciendo apoyados en un posacubiertos.

Después los ingleses introdujeron su uso, y siendo poseedores de poderosas fortunas en metal y plata, mandaron confeccionar cubiertos en las más ingeniosas variedades y cantidades.
Pero a diferencia de los franceses mandaron grabar sus monogramas en el frente de las cucharas y tenedores.

Luego, y a comienzos del siglo XV, se comenzaron a fabricar cuchillos de gran tamaño, considerándolos verdaderas armas

Y hay algo que es anecdótico: Si la persona que estaba sentada a la mesa colocaba el cuchillo con el filo dirigido hacia otro de los comensales, significaba un gesto de provocación. Po esta causa, pronto comenzó a usarse el cuchillo con el filo hacia adentro, que sigue siendo una norma en la actualidad.
En cuanto al uso del tenedor, la historia dice que un Dogo de Venecia se casó con una princesa bizantina, la que llevó consigo su tenedor de oro propio, con un solo diente.
Y fue entonces que la aristocracia de Venecia no demoró en adoptar esta misma modalidad, cuyo uso se extendió con rapidez.

Actualmente, se cuenta en el mundo con un montón de modelos diferentes, diversas combinaciones, y de costos elevadísimos algunos, así como otros de uso cotidiano y común.

He aquí entonces la historia de nuestros cubiertos, quienes nos proporcionan cada día, la colaboración para disfrutar de un placer irreemplazable: comer.